Viajar a Jordania: 6 razones por las que siempre querrás volver
A medio camino entre el mar y el desierto, Jordania es un viaje que te hará volver a vivir aquellos días de andanzas en los que jugabas a ser un Indiana Jones. Una sensación de magia y aventura te invadirá desde el primer momento en que te adentres en Jordania. Su gastronomía, la hospitalidad de su gente y su rico patrimonio histórico harán que desees volver una y otra vez.
Porque Jordania es ese remanso de paz en Oriente Medio, un viaje único de piedra y seda que se pierde en el tiempo y que nunca se olvida…
UNO: la mejor época para viajar a Jordania es primavera
Cuando uno escoge viajar a Jordania, ha de tener muy claro cuándo ir. Sin duda las mejores estaciones del año son la primavera y el otoño. Si tienes que escoger una fecha para viajar a Jordania, plantéate seriamente el mes de abril. Las temperaturas son más agradables en esas épocas del año. Entre octubre y marzo, suele llover bastante. En invierno, hace frío e incluso puede nevar. Y luego en los meses de verano, y especialmente en el desierto, el calor es abrasante. Así que abril es el mes ideal.
DOS: Ammán, una cita con la historia
Ammán no se encuentra dentro de las ciudades más bellas del mundo. La capital del país es la puerta de entrada al universo histórico jordano y es aquí donde podrás sentir el contraste entre tradición y modernidad de una ciudad con más de cinco millones de habitantes. La ruta en la capital comienza en las alturas; en lo alto de la Ciudadela, en una colina desde la que podrás contemplar cómo los tejados de la Ciudad Blanca dibujan una auténtica colmena. A continuación, no faltes a tu cita con la historia en lugares clave como el Teatro Romano (el más grande de Oriente) y el centro urbano.
TRES: Las milagrosas aguas del Mar Muerto
Situado a 400 metros bajo el nivel del agua, el Mar Muerto es el punto más bajo de la Tierra. Mientras te bañas en sus enigmáticas aguas, sentirás que flotas sin ejercer ningún tipo de resistencia, como si de un corcho se tratase. Después de vivir esta curiosa experiencia, no dudes en embadurnarte de barro y regalarle a la piel todo tipo de propiedades curativas.
CUATRO: Petra, un lugar para soñar con los ojos abiertos
‘Hazme igual a la maravilla celosamente guardada por el sol del Este’, decía el poema de Dean Burgon. Y es que la belleza de Petra no deja indiferente al que la contempla. La joya del Reino Hachemita y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, es una verdadera obra de arte esculpida en la piedra formada por una colección de templos y tumbas que datan de hace más de 2.000 años. Una postal para la eternidad.
CINCO: Wadi Rum, una leyenda hecha realidad
Llegamos a uno de los desiertos más bellos del mundo. Escenario de películas como Marte y de leyendas como la de Lawrence de Arabia, Wadi Rum es una experiencia inolvidable. Aquí te rodearás de formaciones rocosas insólitas y de la inmensa hospitalidad beduina. Pero detrás de este paraje de tierras rojizas, hay mucho más: amaneceres de ensueño, las noches más estrelladas, paisajes lunares y todo un sinfín de actividades de aventura.
SEIS: Relax y calma junto al Mar Rojo
Tras la aventura llega la calma y el mejor lugar para olvidarse de todo en suelo jordano es junto al Mar Rojo. Justo al sur del país, Aqaba posee la receta perfecta para unos días de calma. Si eres de deportes acuáticos, estarás de suerte porque este puerto de mar es el mejor enclave del país para realizar actividades como buceo o esnórquel y conocer así Jordania debajo del agua.
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