Las 6 rutas más fascinantes para viajar por Canadá
Hacer un viaje por carretera en Canadá es una experiencia de conexión total con la naturaleza salvaje. Hay pocos viajes de este estilo. Tomar el camino largo siempre vale la pena, especialmente si te desvías de la Ruta Transcanadiense, un impresionante tramo de 7.820 kilómetros que comienza en St. John’s, Terranova y Labrador, y termina en Vancouver, Columbia Británica. Es un viaje fantástico por sí solo, pero salirse de la ruta principal ofrece aventuras (y recuerdos) extraordinarias.
Las paradas en estos grandes viajes por carretera en Canadá incluyen (pero no se limitan a): zambullirse en lagos cristalinos y fríos, fotografiar alces, caminar sobre un glaciar, disfrutar de una montaña de almejas fritas o visitar puestos de frutas silvestres al borde del camino. Nadie pregunta "¿cuándo llegaremos?" en estas rutas mágicas.
1. La región de Charlevoix, en Quebec
El trayecto de 205 kilómetros a lo largo del río San Lorenzo, desde la ciudad de Québec hasta La Malbaie en Charlevoix, es hipnotizante. Al serpentear por las curvas de Les Éboulements, en la región, encontrarás puestos de productos locales con frutas frescas y algunos de los mejores cortes de cordero de la zona. Visita el Museo Marítimo de Charlevoix para una lección de historia a bordo de auténticos barcos fluviales, pasea por la calle principal de Baie-Saint-Paul entrando en galerías y tiendas, o haz una parada para comer una poutine junto al río en un casse-croûte (cafetería de carretera).
Sube en góndola hasta la cima de Le Massif para disfrutar de vistas espectaculares del San Lorenzo y de las colinas onduladas de la región, formadas por un antiguo meteorito. Esta zona también ofrece rutas de senderismo y ciclismo de montaña impresionantes: el Parque Nacional de Hautes-Gorges-de-la-Rivière-Malbaie es conocido por sus paisajes dramáticos y sus senderos, sin mencionar las bodegas y las queserías familiares. Los lujosos domos geodésicos de Nordika Charlevoix son una excelente base para explorar la región.
2. La carretera Dempster, en el norte de Yukon
Con una extensión de 740 kilómetros desde Dawson City, Yukón, hasta Inuvik, en los Territorios del Noroeste, este tramo digno de cualquier lista de deseos ofrece una experiencia remota y única como pocas en el país. Gran parte de esta carretera no está pavimentada y, a veces, puede parecer algo desafiante, pero al atravesar las cordilleras Ogilvie y Richardson y cruzar el Círculo Polar Ártico, apreciarás la ausencia de atascos y la icónica luz del sol de medianoche.
Haz una parada en el centro interpretativo del Parque Territorial Tombstone, a las afueras de Dawson City, para disfrutar de majestuosas vistas montañosas mientras observas águilas, caribúes y osos a lo largo del camino, y te empapas del paisaje de tundra. Conducir dos horas más allá de Inuvik hasta Tuktoyaktuk te permitirá darte un chapuzón en el Océano Ártico (¡esta carretera se completó recién en 2017!).
Hay varias opciones para acampar (y algunos hoteles) a lo largo de la ruta, pero Yukon Tours ofrece una estancia de tres noches en el Best Western Gold Rush Inn en Whitehorse (además de dos noches para observar auroras boreales) para comenzar o terminar tu aventura.
3. La costa de la bahía de Fundy en New Brunswick
La bahía de Fundy tiene las mareas más altas del mundo, así que este viaje por carretera garantiza paisajes mareales espectaculares. La pintoresca ruta Fundy Coast Drive se extiende a lo largo de 460 kilómetros por la costa rojiza de la bahía, desde la zona de Moncton hasta St. Stephen, en New Brunswick. Comienza en Moncton para ver el fenómeno del “tidal bore” (una ola de marea que remonta el río), visita la estatua de langosta más grande del mundo en Shediac y luego admira las famosas formaciones rocosas de Hopewell Rocks en Hopewell Cape. Cruza el Bosque Acadio y aprovecha para hacer senderismo, acampar y conectar con la naturaleza en el Parque Nacional Fundy.
Los puestos de mariscos al borde del camino son una parada obligatoria. Ya sea que elijas un rollo de langosta o una cesta de almejas fritas crujientes y calientes, ambos combinan a la perfección con las vistas mareales. Cerca del final del recorrido, St. Andrews By the Sea es una encantadora ciudad turística, mientras que St. Stephen alberga la fábrica de chocolates Ganong, su recorrido guiado es el cierre dulce perfecto para este viaje costero.
4. La Icefield Parkway en Alberta
Hacer una parada para caminar sobre un glaciar podría ser una de las experiencias más auténticamente canadienses que existen. La Icefields Parkway está considerada entre las mejores rutas escénicas del mundo, y con razón: picos montañosos, glaciares y avistamientos de fauna son parte del recorrido. También conocida como la Carretera 92 de Alberta, se extiende a lo largo de 232 kilómetros desde el Parque Nacional Banff hasta el Parque Nacional Jasper, conectando la aldea de Lake Louise con la ciudad de Jasper.
Admira los intensos tonos turquesa del lago Peyto, maravíllate con las cataratas Athabasca y dedica tiempo a explorar el Campo de Hielo Columbia. Este es el glaciar más grande al sur del Círculo Polar Ártico y cuenta con un excelente centro interpretativo, museo y restaurantes. Desde allí puedes subir a un Ice Explorer para recorrer el glaciar Athabasca y explorarlo de cerca.
Relájate con lujo en el Jasper Park Lodge después de esta aventura: este resort junto al lago ofrece spa, piscinas al aire libre y vistas espectaculares a las montañas.
5. Cabot Trail en Nueva Escocia
Este viaje circular por las impresionantes Tierras Altas de Cape Breton, en Nueva Escocia, es reconocido como una de las rutas más hermosas del mundo. Existe mucho debate sobre si es mejor recorrer los 298 kilómetros en sentido horario o antihorario, pero no hay una respuesta incorrecta: en cualquier dirección te esperan vistas increíbles y momentos inolvidables. A lo largo del trayecto hay una gran cantidad de miradores panorámicos y muchas actividades para disfrutar.
El Cabot Trail atraviesa encantadores pueblos costeros con vibrantes escenas de arte y artesanía. Puedes pasar tiempo tomando el sol en la playa de Black Brook o disfrutar de una famosa cena de langosta en Baddeck. Haz una parada en el Parque Nacional Cape Breton Highlands para hacer senderismo—hay más de 25 rutas para todos los niveles. También hay golf de clase mundial en la zona, con campos como Cabot Cliffs o Cape Breton Highland Links para quienes quieran jugar con vistas espectaculares.
6. Sea to Sky Highway en la Columbia Británica
La pintoresca Carretera 99 en Columbia Británica es más conocida como la Sea to Sky Highway (Carretera del Mar al Cielo). Este corredor de 163 kilómetros, que conecta Vancouver con Whistler, es una ruta espectacular repleta de montañas, cascadas, pueblos encantadores y actividades al aire libre.
Sube a la góndola Sea to Sky para disfrutar de impresionantes vistas de Howe Sound y The Chief, haz una parada en Squamish—conocida como la “capital canadiense de la recreación al aire libre”—para practicar senderismo, ciclismo o rafting, y maravíllate con la belleza de Shannon Falls. A lo largo de la ruta hay varios parques provinciales, así que tendrás muchas opciones para caminar o andar en bicicleta de montaña: visita el Parque Provincial Brandywine Falls o el Parque Provincial Porteau Cove.
Antes del gran recorrido, descansa en el Inn at the Quay, ubicado en el paseo ribereño del Valle Fraser, en Greater Vancouver. O relájate después en la bañera de hidromasaje del Adara Hotel en Whistler Village, disponible todo el año.